jueves, 10 de marzo de 2011

Volví a morder la manzana prohibida...

Y ahora cualquier cosa relacionada con esa manzana es capaz de hacer que me vuelva traslúcida, frágil... Hace que esté ausente y que mi cara sólo transmita tristeza o preocupación, pues...no se si volveré a ver u oler una manzana como esa. Es tan difícil alcanzarla... que solo causa enredos en mi mente y, a veces, desgarros en mi corazón...

No pude evitar fijarme en ella y probarla. Supongo que porque lo prohibido es morboso e inevitablemente tentador...

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